El Chavo del 8

El Chavo del 8

El Chavo del 8

El Chavo a través de la historia


Los recuerdos de nuestro pasado son una parte importante de nuestras vidas, y muchas veces buscamos maneras de revivirlos. Uno de los medios más comunes para esto es la televisión, y en este artículo hablaremos de una serie que ha sido un icono en la televisión mexicana, El Chavo del 8.

El Chavo del 8 fue una serie de televisión de comedia situacional creada y protagonizada por Roberto Gómez Bolaños, más conocido como "Chespirito". La serie se transmitió por primera vez el 26 de febrero de 1973 por Canal 8, y finalizó sus transmisiones el 7 de enero de 1980. La serie trata sobre las vivencias de un grupo de personas que habitan una vecindad mexicana donde su protagonista, el Chavo, lleva a cabo travesuras junto con sus amigos que ocasionan malentendidos y discusiones entre los vecinos, por lo general de tono cómico.
Aunque se trata de un programa cómico, su creador contempló que El Chavo estaría dirigido al público adulto, no al infantil, aun cuando se tratara de adultos interpretando a niños. Desde un comienzo, se le prestó una mayor importancia al desarrollo de los personajes, a los cuales se les asignó una personalidad distintiva. El elenco principal estuvo integrado por Roberto Gómez Bolaños, Ramón Valdés, Carlos Villagrán, María Antonieta de las Nieves, Florinda Meza, Rubén Aguirre, Angelines Fernández y Édgar Vivar, que interpretaron al Chavo, Don Ramón, Quico, la Chilindrina, Doña Florinda, el profesor Jirafales, Doña Clotilde y el señor Barriga, respectivamente.

El éxito de El Chavo del 8 fue tal que, para 1973, era transmitido en varios países de Hispanoamérica y tenía altos índices de audiencia televisiva. Se estimó que en 1975 era vista por más de 350 millones de televidentes cada semana. Dada la popularidad, el reparto realizó una gira internacional que abarcó varios de los países en los que se transmitía el programa en ese entonces, en una serie de presentaciones donde bailaban y actuaban en vivo frente a un público.

A pesar de su conclusión a comienzos de los años 1990, la serie ha sido retransmitida de forma ininterrumpida en varios países desde entonces. Hasta 2011, se tenía noción de veinte países que aún la emitían como parte de su programación habitual. En 2006 debutó El Chavo animado, un programa de animación basado en El Chavo del 8 y producido también por Televisa.

En cuanto a la crítica, obtuvo una recepción mayormente negativa en sus primeras emisiones, ya que su contenido era calificado como «vulgar», «bobo e insulso», «enajenante» y «no recomendable». Uno de los temas que más críticas negativas ha generado es la violencia explícita a través de los golpes e insultos entre algunos de los personajes. No obstante, otros medios aseguraron que un aspecto positivo de El Chavo es el uso de «situaciones universales» con las que la audiencia puede identificarse fácilmente.

En Venezuela, El Chavo fue transmitido durante casi 50 años, contando con una audiencia increíble, que veía día tras día los capítulos, así fuesen repetidos muchas veces, convirtiendo a este programa en un fenómeno de la televisión.

Video de EL Chavo del 8







Los Waperó de la Radio Rochela

Emilio Lovera y Nené Quintana


Los Waperó

Emilio Lovera y Nené Quintana, junto a Carlos Rodríguez, hacían este sketch para la Radio Rochela, en el que representaban a los jóvenes del momento en Venezuela. Era el año 1991 y la moda de los jóvenes eran usar esos peinados y ese tipo de ropa, mientras escuchaban una música llamada Changa.


Este fue otro éxito de la Radio Rochela, y se convirtió en la parte más importante del programa, ya que todo el mundo esperaba para ver las nuevas ocurrencias de esta pareja de comediantes.


La trama se trataba de un par de amigos jóvenes, que hablaban sobre las riquezas de sus padres que eran banqueros o multimillonarios, mientras que ellos parecían ignorar las realidades del día a día. Utilizaban hasta la manera de hablar que era usada por muchos jóvenes que en ese entonces se reunían en el CCCT o en otros Centro Comerciales de Caracas, en donde mostraban sus ropas de marca y "se las echaban" frente a todo el mundo.


Tenían una manera auténtica de bailar moviendo los brazos y las piernas al ritmo de la Changa, no muy distinto a como era el baile realmente.

En determinado momento llegaba un policía, llamado "Matute", interpretado por Carlos Rodríguez, al que ellos llamaban "El Comejobo" como un apodo ofensivo, ya que nunca lograba atraparlos, porque siempre aparecía el nombre de algún familiar adinerado de los Waperó, que siempre los salvaba, con sus influencias.


Esto reflejaba nada más que la realidad del país en ese momento, ya que se podían ver ese grupo de jóvenes por todas partes, siempre respaldados por alguien poderoso que los ayudaba para no ser reclutados o ir presos.


Lo cierto es que este sketch originó muchas frases que se convirtieron en parte del léxico venezolano hasta hoy en día, tales como la de llamar a alguien "Comejobo", o utilizar el popular "pofavóoo!", o el conocido "Me encanta Me encanta Me encanta", en nuestras conversaciones diarias. Todo un clásico que siempre va a ser recordado en Venezuela.

Limpiador de Pocetas MAS

Limpiador de Pocetas MAS

Limpiador de Pocetas MAS
"Puede pasar con confianza. Va a verme limpiecita como un sol".  Seguramente, si eres venezolano, recordarás el resto del comercial de TV. Sin duda alguna, una de las propagandas más vistas y conocidas de Venezuela desde los años 70 y hasta el presente, ha sido la del Limpiador de Pocetas más, que desmancha Más, que limpia Más y no daña!

Había muchos limpiadores distintos, desde el Mistolín, pasando por los productos de Cruz Verde, pero en todos los baños venezolanos siempre debíamos tener el limpiador MAS. Sin duda alguna era el único que limpiaba bien nuestro santuario de cerámica.

Muchas personas jamás se han dado cuenta de que esta simpática poceta parlanchina, comienza la propagada entrando al área de la ducha, y termina saliendo de ella para aparecer al final, justo al lado del lavamanos. Un pequeño error de producción, que no pudo ser detectado a tiempo.

En los años 80, la gente comenzó a darse cuenta de que no lo debían mezclar con cloro, ya que se formaba una enorme nube contaminante que podría matar a cualquiera de asfixia. El producto era muy fuerte y bastaba con que una gota cayera sobre alguna superficie más delicada, para que quedase la mancha blanca para siempre.

El limpiador de pocetas MAS siempre fue un producto de buena calidad, y su precio nunca fue tan elevado. Por eso era tan popular entre toda la gente. Pero lo que las personas adoraban era su propaganda, que se transmitió exactamente igual, durante más de 20 años, ahorrando una buena cantidad de dinero a su departamento de mercadeo. Lo que importaba era que la cuña agradase al público, y todos compráramos en el supermercado este producto, que pasó a ser casi un patrimonio cultural, solo por esta propaganda.

Comerciales de cajero automático del Banco Mercantil

Comerciales de cajero electrónico del Banco Mercantil
En los años 80 se comenzaron a ver unas máquinas en las calles, en la puerta de los bancos, de las cuales se podría retirar dinero en efectivo. Para ese entonces era un modernismo que solo se veía en las películas norteamericanas.

Pero por fin ya estaban accesibles para todos, aunque al principio no mucha gente los usaba, ya que les parecían complicados y a veces el dinero se atoraba o no salía y era pérdida para el cliente del banco.

También existía la desconfianza de que el dinero que saliera no fuese la cantidad indicada en pantalla.
A medida que pasaban los años, las cosas fueron mejorando y los cajeros automáticos se convirtieron en algo de uso diario entre los ciudadanos. El Banco Mercantil tuvo esta idea de crear divertidos comerciales con los que incentivaban a la gente a utilizar estos cajeros electrónicos y a confiar en ellos.

Al principio tuvieron que incentivar a la gente a utilizarlos, y en instituciones como el Banco Mercantil utilizaron propagandas de televisión como esta, que se convirtió en todo un emblema, ya que su frase "Pi-pi, pi-po y ya!", se convirtió en una especie de eslogan que se comenzó a utilizar popularmente cuando alguien hacía algo que era muy fácil y le explicaba a la otra persona con esta frase mágica.

Veamos las propagandas de TV que se transmitían en ese entonces.







Electrolux - Comercial de los años 80

Voy a tocar su puerta, tocar el timbre
Su ventana también.
Venga y ábrame ya, par mostrarle más
Soy su amigo, Electrolux.

A mediados de los años 80 no era así muy común ver vendedores de aspiradoras de puerta en puerta, pero una compañía pionera en este servicio fue Electrolux.
Electrolux - Comercial de los años 80 en Venezuela

Ellos se encargaron de popularizar la marca, y distribuirla a nivel nacional. Tenían una campaña publicitaria bastante agresiva, y se podía ver en vallas enormes en la avenida Nueva Granada, y en El Paraíso, como en otros sectores de la ciudad, a este simpático vendedor ofreciendo un producto que llevaba a su casa, lo probaba y si le gustaba lo podía comprar.

La empresa Electrolux se mantuvo muchos años a nivel mundial, siempre con la buena calidad de sus productos para el hogar y con un servicio excelente, aunque las cuñas publicitarias actuales no sean hoy en día tan contagiosas y agradables como lo eran en el pasado. Aquí dejamos el video con la canción que, si escuchaste alguna vez, te hará recordar buenos momentos de ese entonces.

El tradicional comercial navideño de Plumrose

Marcando el inicio de la Navidad en Venezuela

Plumrose


"¿Me da un jamón Plumrose?


Hay ciertos comerciales que trascienden su propósito original y se convierten en auténticos tesoros de la memoria colectiva. Uno de esos tesoros atesora el espíritu navideño de toda una nación: el comercial de televisión de Plumrose de Venezuela.

Este anuncio no era simplemente un medio para promocionar un producto, sino una suerte de alarma que despertaba en nuestro inconsciente el inicio de la temporada navideña.

Corría el año 1986, y la escena se desarrollaba entre la Panadería Brioche de Las Mercedes, Sabana Grande y Chacaíto. El mensaje del comercial iba más allá de promocionar un jamón; era una oda a la época de compartir, un recordatorio de los valores que encierra la Navidad.

La niña dulce de la propaganda, María Andreína Rauseo, y el vendedor, Gilbert Ducournau, se convirtieron en rostros entrañables que personificaban el espíritu festivo que envolvía al país en esos días.

El impacto del Jamón Plumrose en aquellos años no solo se debía a su calidad excepcional, sino también al hecho de que, a pesar de su costo, la gente siempre encontraba la manera de reservar un espacio para él en la mesa navideña.

Era una tradición, un gesto que simbolizaba la importancia de compartir y celebrar en familia. El comercial no solo vendía un producto, sino que sellaba un pacto emocional con el consumidor, prometiendo no solo sabor y calidad, sino también la incorporación de Plumrose en la construcción de memorias familiares navideñas.

La música del comercial, interpretada por Marisela Pérez, desempeñó un papel crucial en la construcción de esa conexión emocional. Su melodía se convirtió en un himno que resonaba en todos los hogares venezolanos, marcando el inicio de la cuenta regresiva para la tan esperada celebración.

La letra, aparentemente simple, encerraba la promesa de hallacas, árboles decorados y la llegada del Niño Jesús o de Santa Claus, elementos fundamentales en las tradicionales festividades venezolanas.

Con el pasar de los años, el comercial de Plumrose se convirtió en un ícono de la temporada navideña. Transmitido varias veces al día, se integró de manera orgánica en la vida de las personas, generando un impacto que iba más allá de lo comercial.

Su presencia constante en la televisión durante diciembre se convirtió en una especie de ritual que marcaba el comienzo oficial de la Navidad.

La popularidad del comercial fue tal que, con el tiempo, se convirtió en blanco de parodias en programas humorísticos de televisión. Sin embargo, estas parodias solo sirvieron para fortalecer la relevancia del anuncio original, demostrando que su impacto iba más allá de la intención inicial de promocionar un producto.

El comercial de Plumrose de Venezuela no es solo un recuerdo nostálgico de una época pasada; es un testamento vivo de la capacidad de la publicidad para trascender su función comercial y convertirse en parte integral de la identidad cultural de un pueblo.

Cada diciembre, al escuchar la canción que nos recuerda al Jamón Plumrose, revivimos no solo el sabor de un producto, sino la esencia misma de la Navidad venezolana y la importancia de compartir y celebrar en compañía de nuestros seres queridos.

En ese anuncio, encontramos no solo un producto, sino un pedazo de nuestra historia, una conexión perdurable con las tradiciones que dan forma a nuestra identidad.

Así está la Niña Plumrose 40 años después

Plumrose

Subiendo el televisor por las calles de un barrio de Caracas

Subiendo el televisor
13 de septiembre de 1954. El sector en el que vivía todavía no contaba con agua potable, y el televisor más caro se pagaba con 0.30 bolívares por mes.

Los vecinos nos ayudaron a subirlo a la casa, ya que pesaba mucho y no contábamos con ningún otro tipo de transporte.

Era el único televisor de todo el barrio, y muchos niños venían a tocar la puerta en la tarde para verlo, porque era algo fascinante.

Caracas era una ciudad muy diversa, en la que se respiraba la prosperidad, pero no era así tan fácil, porque había que trabajar muy duro para comprar algo como un simple televisor. Para ese entonces no era nada común tener un aparato de esos, y los vecinos pedían permiso para ver el único canal que transmitía, sin importar que fuese a blanco y negro.

Los niños de la zona eran los que más se sentían cautivados cuando veían ese enorme y pesado aparato de vidrio con imágenes en blanco y negro y emitiendo sonidos. Poco a poco se fue convirtiendo en un entretenimiento que mantenía a las familias dentro de sus casas durante largas horas.

Sin saberlo, estábamos entrando en una era de diversión y espectáculos, pero también de sabiduría, ya que la información nos enseñaba lo bueno y lo malo... lo que no conocíamos, y muchas veces lo que no queríamos conocer.

La Televisión entonces no tenía las cesuras ni reglas absurdas que hoy en día se tienen en cuenta, y se respiraba un aire de libertad en la programación. En la mañana las noticias para toda la familia, al mediodía las novelas para las amas de casa, en las tardes las comiquitas para los niños y adolescentes que llegaban de la escuela y en la noche para los adultos, transmitían películas y novelas más apasionantes. Así todo era perfecto.
televisor

Con el paso de los años, después de 1960 ya era muy común ver televisores en muchas viviendas y hasta en los barrios más pobres. Allí estaban Renny Ottolina, La cruzada del buen humor, el Musiú Lacavalerié, Guillermo González, Cantinflas, El Zorro, Orlando, Isa Dobles, El Observador Creole, y muchos otros más que nos hacían entretenernos durante todo el día. La programación era bien seleccionada.

Los modelos de televisores de la época iban evolucionando, aunque se observaban muchos con carcasas de madera, pero ya comenzaban los de plástico a aparecer poco a poco. Los que conocimos esta mágica época, aún recordamos las antenas de bigote, la posición en la que debíamos ponerlas, el control remoto que no era más que el niño de la casa corriendo para cambiar o altear. 

televisor
Al apagar el televisor, la imagen se cerraba como una ventana. En muchos aparatos quedaba un punto blanco en el medio de la pantalla y se iba deshaciendo poco a poco, como quien apaga una vela.

Estos aparatos eran enormes y pesados, y no podíamos levarlos a cualquier parte. Algunos afortunados tenían un mueble que venía con ruedas y con el que podíamos mover el televisor por toda la casa.

Una época maravillosa, que con todas las complicaciones que pudiéramos haber tenido, dejó en nuestras almas y mentes toda la alegría de estar conectado con una antena a un medio de comunicación.

Solo los que tuvimos estos aparatos, sabemos lo felices que podíamos ser al verlos con sus pantallas bien brillantes y su sonido monofónico genial.
televisor antiguo

televisor antiguo

televisor antiguo

televisor antiguo