13 de septiembre de 1954. El sector todavía no contaba con agua potable, el televisor más caro se pagaba con 0.30 bolívares por mes. Los vecinos nos ayudaron a subirlo a la casa, ya que pesaba mucho y no contábamos con ningún otro tipo de transporte.
Caracas era una ciudad muy diversa, en la que se respiraba la prosperidad, pero no era así tan fácil, ya que había que trabajar muy duro para comprar algo como un simple televisor. Para ese entonces no era nada común tener un aparato de esos, y los vecinos pedían para ver el único canal que transmitía, sin importar que fuese a blanco y negro.
Los niños de la zona eran los que más se sentían cautivados cuando veían ese enorme y pesado aparato de vidrio con imágenes y sonidos. Poco a poco se fue convirtiendo en un entretenimiento que mantenía a las familias dentro de sus casas durante largas horas. Sin saberlo, estábamos entrando en una era de diversión y espectáculos, pero también de sabiduría, ya que la información nos enseñaba lo bueno y lo malo.... lo que no conocíamos, y muchas veces lo que no queríamos conocer.
Es difícil olvidar este modelo de televisor que venía en color naranja o rojo fuerte.
Los bichos terminaban comiéndose la madera en la que venía empotrado este televisor gigante, solo poseído por personas muy ricas.
Se podían conseguir varios modelos, incluso los que incluían una corneta grande lateral.
No hay comentarios:
Publicar un comentario